Colombeia

Une lettre de Bruxelles en date du 12, porte ce qui suit: « Les nouvelles alarmantes des armées françaises, que l'on a reçues depuis le 3 de ce mois, confirmées par le retour précipité d'une partie de l'artillerie de siège, & d'une grande quantité de chariots avec des attirails de guerre, ont jette l'épouvante parmi les partisans du système français & relevé les espérances d'un plus grand nombre encore qui le détestent & qui gémissent de voir la Belgique sous la main de la France. Ces derniers ayant manifesté leur attente & leur joie, le général Duval, par ordre des commissaires de la Convention, en a fait enlever plusieurs & les a envoyés comme prisonniers ou otages à Lille, à Valenciennes & à Douai. Le général Dumouriez, arrivé ici le 10 Mars au soir, en dernier lieu d'Anvers, n'a rien oublié pour inspirer du courage & de la résolution; après quoi il est allé rejoindre avec une partie des forces qu'il avait menées contre la Hollande, le général Miranda, retranché avec les débris de ses troupes sous Louvain. En attendant, & afin de relever les esprits abattus, l'on a publié des avis rassurants, tels que celui-ci: Copie de la Lettre adressée au général Moreton, par le général Miranda. A Saint-Trond, le 6 Mars 1793 Je vous prie, général, de rassurer le peuple de Bruxelles sur les dangers qu'on lui a inspirés sur la position de nos armées. Nous sommes bien postés & en force suffisante pour battre nos ennemis, s'ils osent s'approcher. La retraite que nous avons faite, est une mesure urgente & nécessaire, pour entamer nos opérations ultérieures, & causée uniquement par la faute des troupes posées derrière la Roër, pour supporter l'attaque de Maastricht. Ne désespérez pas du sort de la République; il est sous les auspices de la liberté & la protection des dieux. Signé : Miranda P. S. : Faites partir bien vite le courrier qui porte les dépêches à Paris, & communiquez cet article aux commissaires de la Convention. Certifié conforme à l'original, avec invitation d'en communiquer les résultats satisfaisant au plus grand nombre de personnes possible. Signé : Goujet, Deslandre, P. Cheny, & Robert Du Quartier Général de Tirlemont du 16 au 21 Mars (Rapport officiel) Le 16, après-midi, l'armée quitta ses quartiers pour aller occuper le camp derrière le grand ruisseau de Gheete. Tout-à-coup, les deux armées se rencontrèrent, l'ennemi s'étant avancé de Louvain pour nous surprendre dans nos cantonnements. Comme il était revenu à Tirlemont, il y eut de part & d'autre une vive canonnade qui ne causa aucune perte essentielle. La nuit mit fin à ce combat. Le 17, l'armée prit sa position de manière à pouvoir fondre de tous côtés sur l'ennemi au moment qu'il avancerait. Nous avions devant nous le petit ruisseau de Gheete dont les avant-postes occupaient le bord. L'aile droite s'appuyait sur la chaussée de Saint-Trond. C'est ici qu'était postée l'avant-garde aux ordres de Son Altesse Royale l'Archiduc. L'armée à côté en deux corps; le premier commandé par le général comte de Colloredo, le second par le lieutenant feldmaréchal, prince de Wurtemberg; les villages d'Orsmael, de Guthenhoven & de Neervinde restaient au front de l'armée. Le corps de réserve formait l'aile gauche sous les ordres du général comte de Clairfayt, cette aile gauche alla se poster entre Raucour & Landen. L'ennemi occupait toujours son poste près de Tirlemont & derrière cette ville. Le 18 à la pointe du jour, on vit l'ennemi s'avancer vers nous sur plusieurs colonnes. Il se déploya à droite & à gauche sur les hauteurs en deçà de
Una carta de Bruselas fechada el 12 contiene lo siguiente: “Las noticias alarmantes que se han recibido del ejército francés desde el día 3 de este mes, y confirmadas por el precipitado retorno de una parte de la artillería desde Lieja y de una grande cantidad de carretas con pertrechos de guerra han suscitado el espanto entre los partidarios del sistema francés pero también han reavivado las esperanzas de una mayor cantidad que lo detestan y que se lamentan de ver a la Bélgica en manos de la Francia. Tras de que estos últimos hubiesen manifestado sus expectativas y su alegría, el general Duval, por orden de los comisarios de la Convención Nacional, mandó el arresto de varios y los ha enviado como prisioneros o rehenes a Lille, Valenciennes y Douai. El General Dumouriez, quien arribó aquí el 10 de Marzo en la noche desde Amberes, nada ha escatimado para inspirar valor y resolución, tras de lo cual, con una parte de las fuerzas que había conducido contra la Holanda, ha marchado a reunirse con el General Miranda, atrincherado con el resto de las tropas en Lovaina. Entretanto, y con el fin de reanimar los espíritus decaídos, se han publicado avisos alentadores, tal como éste: Copia de la carta dirigida al General Moreton por el General Miranda En Saint-Trond, el 6 de Marzo de 1793 “Ruego a usted, General, que tranquilice al pueblo de Bruselas en cuanto a los peligros que se les ha sugerido acerca de la posición de nuestros ejércitos. Nos hallamos bien ubicados y con fuerzas suficientes para derrotar a nuestros enemigos si osan acercarse. La retirada que hemos efectuado ha sido una medida urgente y necesaria para emprender nuestras operaciones ulteriores, y su causa ha sido únicamente que las tropas estaban apostadas detrás de la Roer para dar soporte al ataque contra Maestricht. Que no se pierda la esperanza en cuanto al destino de la República, éste se halla bajo los auspicios de la República y la protección de los dioses. Firmado: Miranda. P. D.: Envíe usted enseguida el correo que lleva los despachos a París y comunique usted este artículo a los comisarios de la Convención Nacional” Certificado como conforme con el original, con invitación a comunicar los resultados satisfactorios al mayor número posible de personas. Firmado: Goujet, Deslandre, P. Cheny, Robert En el Cuartel General de Tirlemont, del 16 al 21 de Marzo de 1793 (Informe oficial) El 16 en la tarde, nuestro ejército salió de sus cuarteles para ir a ocupar el campamento detrás del brazo mayor del Geete. De repente, ambos ejércitos se encontraron, habiéndose avanzado el enemigo desde Lovaina para sorprendernos en nuestros acantonamientos Como ya habíamos alcanzado Tirlemont, hubo de una y otra parte un vivo cañoneo que no causó ninguna pérdida esencial La noche puso fin al combate. El 17, nuestro ejército ocupó su posición de modo que podía atacar al enemigo por todos los lados en el momento en que iniciase su avance. Teníamos delante de nosotros el brazo menor del Geete, con las orillas ocupadas por nuestros puestos de avanzada. El ala derecha se afincaba en la calzada de Saint-Trond, donde estaba apostada nuestra vanguardia bajo las órdenes de Su Alteza Real el Archiduque; cerca de ahí, el ejército se hallaba dividido en dos cuerpos, el primero bajo el mando del General Conde de Colloredo, el segundo bajo el mando del Feld-Mariscal, Príncipe de Wurtemburgo; el frente del ejército abarcaba los pueblos de Ortsmael, Guthenhoven y Neerwinden. El cuerpo de reserva formaba el ala izquierda bajo las órdenes del general Conde de Clairfayt, y tal ala izquierda había ido a apostarse entre Raucour y Landen. El enemigo seguía ocupando su puesto cerca de Tirlemont y detrás de esta ciudad. El 18, al despuntar el día, vimos al enemigo avanzar sobre nosotros en varias columnas. Se desplegó a derecha e izquierda en las alturas, aquende