Colombeia

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cooperaban, sería con fuerzas suficientes a asegurar el suceso o que darían abiertamente la negativa. Mi amigo replicó aún que la conducta de la España en este momento hacía ver cuan engañada había procedido la Inglaterra en emprender esta empresa por consideración a ella hace largo tiempo. Y que en Francia no se trataba ahora de menos que de aposesionarse de la mejor parte del Perú y de México. A que contestó que esto lo sabía también el Gobierno por otros, según informes, pero que no tenían tropas disponibles por el momento y que era indispensable aguardar por el resultado de Egipto para tomar una resolución sobre el particular. Me dijo también Tur. que había visto al señor Fawkener, quien le había pedido mi dirección porque quería verme y que aprobaba mucho el que hubiera yo escrito a Pownall para que viniese, etc. Me contó cómo se había recibido la noticia de la muerte de Abercromby, delante de Alejandría, etc... Y esto me ha hecho reflexionar en la larga conferencia que tuvimos él y yo el año pasado por el mes de marzo (1800) en Allsop's Buildings, relativa a una Expedición para dar libertad e Independencia al Continente H. Americano. Con qué celo y ardor este buen hombre me oía y examinaba los Planos que yo le presentaba, aprobando y conviniendo en todo cuanto era necesario en lo político y militar para esta estupenda empresa. En fin, me dijo, ya nosotros estamos perfectamente de acuerdo, niegue V. a Dios que el Consejo de Gabinete diga sí, y está todo hecho. El contaba, según lo que discurría con Rutherfurd, con 9.000 hombres de tropas. Quedamos de vernos al siguiente día en su casa, mas el Gobierno lo hizo abruptamente partir para Escocia y luego lo envió a estas aventuras en que pereció sin gloria ni provecho. El General Sir Ch. Stuart me vio también después y hablamos sobre el asunto con mutua satisfacción y coincidencia en nuestras ideas; mas también ha muerto este buen amigo de la América y de su Patria. ¿Para qué pues me deja en este mundo la Providencia? A eso de las 6 p.m. ha tirado el cañón del Parque; veremos cual sea el motivo. 16 de mayo He recibido carta de Pownall que ni me ha entendido ni parece que ha olvidado sus antiguos resabios de altanería oficial que existe en este País. Por otra parte el verme en adversidad y sin suceso aún echa aquel desfavor que comúnmente acompaña la desventura. 17 de mayo Triste día en considerar cuan poca resolución hay en este Gobierno y cuánto se pierde con el retardo; por otra parte, el progreso con que sigue el maldito sistema de la Francia y el inminente peligro de la Patria. He dado mi