Colombeia

2 de julio Trabajando y preparando cosas para el apresto de mis negocios. 3 de julio A la hora convenida estuve en casa de Vansittart, que vino a la hora en punto. Le dije que la Escuadra de Brest sin duda se preparaba para ir a tomar posesión del Brasil y Nuevo Orleáns… esto le alarmó y me dijo: Qué, ¿lo sabe Vm. De cierto? Porque ello cambiaría todo. No, le dije, mas es muy probable. Y a continuación le pregunté por qué se me había detenido cuando todo estaba aprestado y convenido. Porque pensaron que podían haber hecho la paz, me respondió en un tono de languidez y sentimiento porque así hubiese acontecido. Yo añadí entonces que harían muy mal los franceses de no aceptar la Paz a cualquier precio que se les propusiese, a fin de tomar las Colonias y Tesoros de América y luego continuar la guerra con la Inglaterra con el vigor y fuerza necesaria. Esto le alarmó bastante y replicó: no aceptarán si se les pide que evacúen inmediatamente el Portugal y la España. Aún así, dije, harían muy mal pues están siempre a tiempo de tomar posesión, como lo han hecho del Piamonte, Toscana, Estado Papal, etc. En fin, esperemos que no aceptarán y que entonces (si son ciertas las noticias que se nos comunican de habernos aposesionado del Egipto) podremos enviar un cuerpo de tropas considerable para cooperar al Plan de su Independencia de Vmds; mas es menester aguardar un poco a que se termine esta negociación para comenzar la empresa con más vigor, pues si nosotros (los ingleses) hiciéramos la Paz y Vmds. Hubiesen comenzado su Revolución les caerían encima los Franceses y Españoles y los exterminarían, en lugar de que continuando nosotros la guerra siempre podemos estorbarlo. Muy bien, dije, pero si V. considera la naturaleza del País, su Población y circunstancias, verá que una vez alzado el Pueblo nos será más fácil el resistir a nuestros enemigos que no lo fue a los Holandeses contra Felipe 2°; a los Portugueses contra el otro Felipe; a los Suizos contra la Casa de Austria y a los Americanos contra la Gran Bretaña. En fin, dije, ¿cuándo terminará esta ridícula negociación? No sé, respondió, encogiéndose de hombros, yo creí que a esta hora todo debía estar concluido; sin embargo creo que muy pronto terminará esto y que comenzaremos de seguido con nuestra empresa. Parece que las condiciones impuestas al Portugal son sumamente duras y aún se cree que hay otras más desventajosas a nosotros, por cuya razón no se ha publi