sospechaba que fuese Lord F. Bentinck) para que mandase las Tropas Inglesas y que me asistiese en cuanto yo quisiera después de haber tomado Santiago de León, etc... mas antes de tomarlo pregunté ¿qué se piensa hacer? Seguir en todo sus Planes de V. y también la Proclamación, etc., me respondió. Pues amigo mío, no es mal embrollo el que se dispone le respondí para echar a perder la cosa más simple y segura que se tiene como en la mano. Así lo pienso también yo, me replicó, y les he dicho que en estas materias más valía hablar con V., que es el único que puede desatar todas las dificultades y sacarnos con lucimiento de la empresa... Y así piensan hacerlo, según me han dicho, no aguardando más que el que todo esté pronto para llamarle a V. a una conferencia. Se fue a eso de medianoche y yo a mi estudio hasta las 2 de la mañana.
21 de julio
Me levanté a las 7 a.m. y me fui a dar un paseo; después a mis estudios y a escribir, etc. Envié mi nota (n° 14) a Vansittart. Siguiendo al mismo tiempo con mi lengua griega que me encanta y hallo extremadamente fácil. Turnbull ha estado aquí y me asegura que todo marcha, aunque no ha visto a Nepean ni a Milord San Vicente, pero sí a Sullivan que se lo hizo entender en su modo anfibológico y reservado. Me ha dicho que encontró allí a Ruther y que se hablaron deseosos de hacer amistad. Se lo ha llevado a comer a la ciudad y así no tendré hoy respuesta de Vansittart, al menos verbal.
22 de julio
Vino efectivamente Rutherfurd, excusándose de no haber podido venir ayer porque Tur. Lo había detenido hasta más de las 11 de la noche. Que había visto a Milord San Vicente, quien le había asegurado que su hermano (de Ruth.) que está en Curazao mandando una Fragata, vendría con nosotros y que esperaba que nuestra expedición estaría pronta para hacerse a la vela el 10 del mes próximo; que en cuanto al sistema político de este País sobre nuestra Independencia, cuanto menos se ingiriese la Inglaterra en ello tanto mejor sería, dejándonos obrar por nosotros mismos y que se nos diesen solamente los socorros necesarios para ello, teniendo cuidado al mismo tiempo que los enemigos no hiciesen