Colombeia

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trein de ejecutar la empresa que jamás (sic); y él concibe muy grandes esperanzas. Turnbull ha venido después y me dice que vio a Lord S.V., a Vansittart, Sullivan y a Nepean. Este último le dio la buena noticia que no podía hacerse la Paz absolutamente, pues los franceses pedían que los ingleses entregaran casi todas sus conquistas en cambio de la evacuación por la Francia del Portugal solamente. Turnbull estuvo a comer con el señor King, quien le dijo aparte que le había sorprendido mucho Lord S.V. con decirle en casa de Lord Hawkesbury, hace pocos días, que él creyó en otro tiempo que la América junto con la Inglaterra hubieran dado la Independencia al País Español; mas que ahora no tenía ninguna esperanza habiéndose perdido aquella ocasión, etc… lo que dijo de un tono firme, en respuesta a la proposición de K sobre que la Inglaterra debía apoderarse del N. Orleáns para que los Franceses no se encajaran allí… Y sobre esto aseguró a Turnbull que había visto un amigo mío íntimo que le había asegurado (hacia 15 días) que me había visto muy alegre y que sabía que el gobierno me soportaba aquí, cuyas especies reunidas le daban sospecha de que trataba de ejecutar el antiguo Plan. Turnbull, como un tonto, le respondió que yo temía a Bonaparte y que en cuanto a lo demás, no había nada, etc… mas lo peor de todo es que, sin consultar, se ha ido a contar este cuento a Lord S.V., que lo sintió mucho, a Vansittart y a Sullivan, para persuadirles (dice este hombre simple) que me despachasen prontamente. Esto me ha puesto de mal humor por el perjuicio que puede traer a mis negocios y por el poco juicio que Turnbull descubre en el particular, haciendo ver por otra parte que no conoce la importancia de estos asuntos cuando el fútil motivo de ir a pasearse sobre las orillas del mar le hace abandonarnos en este momento para irse a Hastings. ¡Válgate Dios por accidentes inconsecuentes y fatales que han de acabar