Colombeia

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ni en la Constitución política que quieran adoptar separadamente o en conjunto las Provincias Belgas, cuando el pueblo belga comience a utilizar su derecho de soberanía. En espera de que la Constitución política y la forma de gobierno queden fijadas por la Nación Belga, el General anunciará al pueblo que las imposiciones y contribuciones seguirán siendo percibidas de la misma manera y proporción, en nombre del soberano, que será el pueblo, para que ningún servicio militar o de administración pueda faltar; pero que en lugar de que los fondos públicos sean recaudados por los bárbaros e insaciables Austríacos, el Pueblo nombrará administradores de su propio seno, para manejar sus fondos públicos con sensatez y economía, y aplicarlos, sobre todo, a la formación de un Ejército Nacional, siguiendo a este respecto los consejos de los generales franceses que no quieren tener manejo alguno de esos fondos, pero que según su experiencia y el interés que tienen en reforzar los cuerpos que comandan con tropas belgas, deben merecer justamente la confianza de la Nación Belga. El General anunciará al pueblo que los franceses entran en Bélgica como aliados y hermanos, y que así no deben dudar que el pueblo soberano se apresure en suministrar todo lo que sea