Colombeia

No disponible.
necesario a los ejércitos, como son, carros, ropa, efectos de campamento, víveres, alojamientos, fuego, establecimiento de hospitales y todo lo que se necesite según solicitud de los generales o comisarios de guerra, mediante recibos dados por los mencionados comisarios de guerra para establecer la contabilidad respectiva entre dos naciones aliadas. Si por desgracia alguna provincia, ciudad, burgo o pueblo está lo suficientemente envilecida por la esclavitud, como para no aceptar con entusiasmo el Árbol de la Libertad que los franceses quieren establecer en casa de sus vecinos, después de largas y vanas reclamaciones y de los esfuerzos desafortunados que han hecho los belgas para conquistar la libertad; si alguna parte de Bélgica lo suficientemente embrutecida como para no sentir la ventaja y la majestad de su Soberanía en el momento en que los franceses emplean sus armas, tan victoriosas como justas, para hacer ese don celeste a los belgas; el General anunciará a esta provincia, ciudad, burgo o pueblo, que serán tratados como los viles esclavos de la casa de Austria, y que los ejércitos de la República, para vengarse de las atrocidades cometidas por los feroces soldados de este feroz déspota, convertirán las ciudades en cenizas e impondrán unas contribuciones que harán recordar por mucho tiempo su paso. Probablemente ningún General francés se