Colombeia

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y la situación política en que se hallaba entonces la Inglaterra le confirmó en la idea de entablar allí de nuevo la misma negociación, tantas veces frustrada en aquel Gabinete sobre la independencia de nuestra Patria. Habiendo pues arreglado los asuntos privados y despedídose de sus buenos amigos Lanjuinais, Barthélemy, Boissy d'Anglas, ChauveauLagarde y otros nombres queridos de los que aman la Justicia y la verdadera Libertad, partimos juntos de París el 22 de marzo con harto gusto de dejar una ciudad, donde la intriga, el despotismo y la corrupción han establecido su imperio en todos tiempos". No pudiendo salir derechamente para Inglaterra habíamos pedido nuestros pasaportes para la Holanda y el General hizo correr la voz de que su designio era de pasar a Rusia, en donde sus antiguas conexiones le hacían esperar una buena acogida. El Senador Barthélemy le dio una carta de recomendación para el señor Crauford, negociante de Rotterdam, que nos sirvió grandemente como ahora veremos. Nada nos acaeció de particular en el camino hasta llegar a Amberes. Aquí nos detuvimos un día tanto por reposar de las fatigas del viaje cuanto porque el General deseaba ver a su antiguo conocido Herbouville, Prefecto de aquella ciudad. Apenas pudo creer éste lo que el General le dijo haberle pasado en París, porque tenía una alta opinión de Buonaparte, mas penetrado de la justicia del General tuvo la magnanimidad de ofrecerle un asilo en aquella Plaza bajo su amistad Salida de París el 22 de marzo 1801.