Me decía que el que le parecía bueno era Sir S. Smith; yo asentí, mas no nos den Vmds., por Dios, Sir J. Pulteney... ¡Dios nos guarde! me respondió, añadiendo que en oficiales de tierra estaban mal (uno hay bueno y está en Egipto, General Moore) pero de mar hay vanos buenos como Warren, Blaight, etc. Nos despedimos a eso de medianoche y quedamos en vernos al siguiente día, llevando conmigo los Papeles y libros que pudiese y también al compañero Vargas. (Él me decía y también Pitt se lo dijo a Turnbull que las empresas no se lograban aquí por falta de celeridad en la ejecución y de audacia en resolver).
Temprano envié en casa del señor Turnbull para que, con una carta mía data de Maassluis, me sacase los Papeles de casa del señor King. Hizo la diligencia muy bien este bonísimo amigo y a las 2 p.m. me trajo el cofrecillo con todos mis papeles de donde extraje y puse en un portafolio los más importantes para llevárselos. A las 8 p.m. hora asignada, estuvimos allí [Miranda y Vargas] y luego entramos en materia: leyó el Plan militar de operaciones que yo había hecho en el 98 y le pareció magnífico y muy bueno; mas observándole yo que se había contado entonces con los americanos, me respondió con viveza: "¡no es menester contar con ellos para nada!". Discurrimos mucho sobre la Población del País y la proporción que había de Indios a otros habitantes y entre estos otros, la proporción de blancos a gentes de color. Dijimos que los primeros eran como de 2 a 1 y los demás como de 3 a 2. Vio las Proposiciones que se hicieron al señor Pitt el año de 1790, que había admitido, y asimismo lo que pasó en 1798 con los estados de los productos, comercio, población, fuerzas terrestres y marítimas del País... de todo lo cual pareció bastante satisfecho y me dijo haber visto con mucho gusto el Plan de Brissot en el 92 para nuestra Independencia. Y así me dijo: "pues ahora no falta más que saber el Gobierno que Vmds. intentan establecer en el País". A esto le respondí que no se podía dictar un Gobierno al País, mas que yo esperaba que, las cosas continuando prósperamente, una recomendación nuestra, si era prudente y sabía, tendría un peso casi decisivo. Que a nuestro parecer un sistema de Gobierno semejante al de los E.U. sería muy popular y acaso el más conveniente. Asintió a ello y nos precavió contra el influjo de extranjeros advenedizos que hoy atormentaban los E.U. y asimismo aconsejando que los votantes tuviesen alguna propiedad, en que convinimos. Ahora, dice, póngame Vm. este Proyecto de Gobiernos Provisorio y Federal por escrito y tráigamelo Vm. mañana, para someterlo a la decisión del Ministro y dar una respuesta consecutivamente. (¡Ah! me dijo, ¿y dónde colocarán Vmds. la Capital? en el Istmo probablemente, respondí). Nos despedimos hasta mañana.
Escribí una palabra al señor Turnbull y me puse a trabajar el Proyecto de Gobierno Provisorio adjunto (A) y el Federal (B) que estaba concluido para las 8 p.m., que me fui allá con Vargas, llevando los borradores del trabajo para