Envié a Vargas a casa de Ruth, esta noche pues no ha aparecido en todo el día, pero no le ha encontrado en casa.
16 de julio
Envié temprano a casa de Ruth., quien luego vino y me informó del progreso de la recruta de oficiales y con este motivo escribí al señor Vansittart remitiendo esta Lista, junto con las de la Fuerza de Tropas Regladas y Milicia que (cuando los Cuerpos estuviesen en su completo) puede haber en las dos Provincias de Venezuela y Santafee (ver mi nota (n° 13) como asimismo la traducción en inglés de los Proyectos de Gobierno para dicho País, a fin de que Sullivan añada lo que juzgue más conveniente, etc..
Vino Turnbull a eso de las 4 y cuarto y con suma complacencia me dio un abrazo diciéndome que venía de tener una larga conferencia con Milord San Vicente, quien le había asegurado que todos mis asuntos estaban convenidos de seguro y no habría ya ni dificultad ni retardo por cierto, y que todo se aprontaba con la mayor actividad y celo. Que yo podía contar con mi partida dentro de muy pocos días. Nepean le dijo lo mismo y le intimó la misma seguridad, con que estamos persuadidos por esta vez. Me contó cómo Milord San Vicente le había asegurado que Lord Hobart estaba también de nuestra parte con mucho celo (después que yo hablé con Sullivan probablemente) y que aún el señor Pitt le había hablado estos días pasados en casa de Milord Hawkesbury recomendando mucho este Plan, testimoniando mucha amistad por la empresa así como por mi persona. Lo que ha confirmado más en mi amigo Turnbull la sospecha de que el picarillo de Huskisson fue la causa hace dos años de que yo no fuese a Trinidad con los auxilios necesarios, como se había convenido con el señor Pitt... Yo no estoy muy lejos de asentir a esta conjetura visto el absurdo compuesto del Poder Ejecutivo inglés y considerando la poca capacidad de Dundas en estas materias.
Por la tarde vino Ruth, a informarme que había visto al señor Vansittart, quien le remitió a hoy para examinar los Papeles que le envié ayer. Ruth, sigue su reclutamiento con celo y suceso... Dios nos ayude.
17 de julio
Vino Ruth, a informarme que había visto a Sullivan quien le había recomendado me pidiese las divisas de los uniformes y el arreglo definitivo de las armas que yo necesitaba. Fijamos que fuese el collarín de la Infantería amarillo, vestido corto encarnado y el de la Caballería, azul con vestido encarnado, pantalón azul y chupa blanca, etc… mas me ha soltado al mismo tiempo varias especies del género Sullivánico que no me agradan mucho; en fin