Colombeia

en el mando ni política del País, esperando solamente que los gastos de la expedición se pagasen después por el País a quien habían hecho el servicio y aún esto no en una suma de dinero (como quien dijese 400 o 500 mil libras esterlinas, o lo que fuese) pues parecía cosa de mercado, sino en ciertas ventajas comerciales que valían mucho más y eran cosas más decentes y decorosas en un tratado... En fin me dijo que no concebía por qué era esta dilación; que procuraría ver a Vansittart de aquí al domingo y que entonces me diría lo cierto; que pasara por el Almirantazgo el lunes a las 9 y hablaríamos sobre el particular. Nos despedimos amigablemente. Rutherfurd vino el pobre triste y afligido, con dolores reumáticos en la rodilla; ha quedado de ver mañana nuestros subsecretarios Vansittart y Sullivan. La lengua griega me sirve de alivio y solaz. 14 de agosto Vino Rutherfurd anunciándome que Sullivan había entrado en detalles sobre nuestra expedición haciéndole ver que los uniformes, sillas de montar, artículos y demás que yo había pedido estaba casi aprontado… que en esto llegó Vansittart con negocio muy urgente y que así fue menester posponer el asunto para otra ocasión, recomendándole que me informase de lo dicho, etc… sacó sin embargo la orden de que comprara los instrumentos matemáticos necesarios (ver la adjunta lista) y también dos juegos completos de Imprenta para llevar con nosotros. Turnbull vino poco después y me dijo que Vansittart le había dicho que me dijese que ya me habían enviado esta mañana el Coronel Rutherfurd, y que le pareció Vt festivo y de muy buen humor, por donde infería (Turnbull) que las noticias que Ruth, me había traído eran satisfactorias… mas le dije que no era así, pues no me había traído otras que las antecedentes. Sin embargo él persistía en creer, por el aire de Vansittart y también por lo que Nepean le había dicho de paso esta mañana, que todo mi asunto estaba a punto de concluirse. Dios lo quiera. 15 de agosto Rutherfurd vino esta mañana y me dijo haber llevado a